miércoles, 22 de septiembre de 2010

Lo que me queda por vivir, Elvira Lindo

Se marcha el verano pero, por lo que he visto y ya he podido comprobar, llega un otoño cargado de buenísimas novedades literarias. De una de ellas he podido disfrutar hoy mismo, se trata de la última novela de Elvira Lindo titulada " Lo que me queda por vivir".

Elvira Lindo es un buen ejemplo de que, cuando alguien tiene madera de escritor, no importa en qué estilo o grupo literario genere su obra. Ella ha sabido cruzar a la perfección ese difícil puente que hay entre la Literatura Infantil-Juvenil y la adulta. Aunque dentro de la Literatura Infantil-Juvenil hay muy buenos escritores, no sé por qué a muchos de ellos se les tiene un poco marginados y no se les tiene en mucha consideración cuando deciden escribir para adultos. En el caso de Elvira Lindo aún es mayor ya que ella triunfó con su famoso "Manolito Gafotas" e imagino que no le habrá resultado fácil que el público lector, sobre todo el adulto, la valore y empiece a tenerla en cuenta como autora de novelas y vaya dejando a un lado que ella es la " mamá" de este niño de Carabanchel Alto.


"Lo que me queda por vivir" no es su primera novela para adultos. En la Biblioteca tengo también otra que editó hace años "El otro Barrio" . "Lo que me queda por vivir" acaba de editarla Seix Barral dentro de su colección Biblioteca Breve. Es una novela corta, de unas 269 páginas que logran atraparte desde la primera coma no sólo porque la historia que narra lo hace sino porque el estilo de Elvira Lindo sabe cómo hacerlo.

El argumento de la misma gira en torno a Antonia. La acción se centra en el Madrid de los 80, en plena " Movida madrileña". A este Madrid ha llegado Antonia junto a su hijo de 4 años, Gabi. Ella trabaja como locutora de radio. A lo largo de la novela iremos conociendo de mano de la propia Antonia su vida. Como le marcó su infancia, la muerte de su madre, la relación que tuvo con sus tías, con sus hermanos, cuáles han sido las relaciones con los hombres y cómo éstas le han marcado. Hombres con nombres propios: Alberto ( su ex) y Jabato, un amigo de la infancia con el que más tarde tendrá una relación de la que saldrá una amistad más reforzada.


La novela tiene muy poco diálogo. Es un gran monólogo pero no por ello se hace aburrida o pesada, no. A pesar de su poco diálogo tiene ritmo y es la voz de Antonia quien lo marca y da. Me gusta este monólogo. Me ha permitido descubrir a una mujer muy segura de sí misma pese a las dificultades con las que se encuentra. Ella, aunque tiene miedo muchas veces, sabe cómo afrontarlo todo pero no por ello se considera una super woman o un ser superior. Creo que es la propia personalidad de Antonia lo que lo logra y consigue. Un carácter que hoy puede ser común pero que, imagino, en los 80 seria un poco más " sorprendente" pues aunque la sociedad española no era como la de los 50 aún no era como la de hoy. Hace pocos días, Encarnita reconocía sentirse enganchada con Antonia y ahora entiendo el por qué. Es muy difícil escapar a su magnetismo.

 

Todo ello hace que esta novela sea deliciosa. Aunque esté escrito por una mujer y sea una fémina su protagonista volvemos a lo de siempre: también los hombres pueden gozar con ella. No es una novela femenina. Lo que narra y le sucede a Antonia son sentimientos que muy bien puede tener un hombre. Los personajes masculinos de la misma están muy desarrollados, muy complementados con los femeninos.


Por todo ello no puedo más que recomendarla. La novela de Elvira Lindo ya está a disposición de los lectores de la Biblioteca de El Perelló con el tejuelo N/LIN/loq. Una novela con la que, insisto, el lector disfruta. Tiene de todo: momentos sensibles, un poco dramáticos, momentos que logran dibujar una sonrisa, otros que te despiertan recuerdos... En algunos pasajes, incluso, me he llegado a sentir identificada con Antonia como en aquel en el que va a la vieja casa familiar y empieza a revivir recuerdos al contemplar las estancias, los objetos... Es lo que me ha pasado, por ejemplo ahora, contemplando las viejas fotos familiares que tenía mi tío, las cartas, documentos, objetos... Por ello, quizá, me he sentido un poco más cercana a Antonia y he entendido su reacción. Algo que he experimentado también. Todo ello la hace aún más cercana. No sé, hay personajes de novelas que son eso sólo: meros personajes. Otros que van mucho más allá y entran a formar parte de tí. Y ello, creo yo, es lo que hace que una novela sea aún más grande no ser " número 1 en los 40 Principales de libros más vendidos". Sí, que también es importante y busca el autor, pero creo que debe llenarle más que un lector conecte con su obra y haga suyas sus palabras.

Decir que es la mejor novela de Elvira Lindo es aventruarse un poco pero no lo es decir que es una de las mejores que tiene. Ha sabido consolidarse como una novelista para adultos; creo que con Antonia dice un "hasta luego, Manolito" ( que espero sea eso, un hasta luego pues Manolito es mucho Manolito)