sábado, 6 de noviembre de 2010

"El Tiempo mientras tanto" de Carmen Amoraga. Finalista Premio Planeta 2010






Llevo unas semanas en las que los libros que cojo para leer no acaban siendo meras páginas, sino que narran historias que me llegan muy adentro. Tanto que, al finalizarlas, debo de tener cuidado y no permitir que nadie note mi temblor. No quiero que crean que me he vuelto loca pero no puedo remediarlo puesto que las palabras que contienen me impactan al tiempo que llego a una perfecta simbiosis con sus personajes. Me meto en su piel tanto que me cuesta desprenderme de ellos.

Reconozco que los "Planeta" no me caen muy bien y que, si puedo, evito leerlos. Sé que no es muy correcto pero me he llevado tantas decepciones con ellos que no acabo de fiarme. Sin embargo, he de reconocer también, que esta novela de Carmen Amoraga es una excepción. No sé cómo será la novela ganadora de Eduardo Mendoza, pero la de Carmen es muy buena además narra una historia de esas que logran conmoverte, despertar sonrisas, hacerte sentir y es lo que me gusta.

Carmen Amoraga es una joven escritora valenciana, de Picanya para ser más exactos. Valencia y alrrededores están muy presentes en la historia que nos narra. Triste pero, en el fondo, esperanzadora al mismo tiempo.

A lo largo de sus 304 páginas vamos a acompañar a María José. ¿Quién es? Es una mujer joven que trabaja en una Gestoría y que un fatal accidente de tráfico tiene postrada en la cama de un Hospital. María José está en coma irreversible. Al Hospital, acuden cada día sus padres y su mejor amiga a visitarla. Paco y Pilar son los padres de María José. Él es un hombre tierno, destrozado al ver a su hija así y saber que ya no hay nada qué hacer, que el final es inminente. Pilar, su madre, es una mujer bastante especial. Aunque quiere a su hija, su carácter un poco serio ha hecho que se lo demostrase muy poco mientras vivía, eso hacía que María José tirase más a su padre, que se sintiese más cercana a él.

Pero el carácter de Pilar tiene una explicación y se lo contará a su hija: Fermín. Un viejo amor adolescente, su gran amor que, a pesar de que le prometió que nunca le haría daño no supo cumplir su promesa. Fermín se fue a Mallorca donde se casó con una rica heredera sueca. Pilar se casó con Paco. Por Paco siente cariño pero no el amor que sigue manteniendo por Fermín. Este amor fustrado le permite entender a María José y a su empeño por Joaquín. El que Pilar le hable a su hija de Fermín contribuye a romper con la idea que te forjas de ella cuando empiezas a leer la novela. Al ver su actitud tan seria hacía su hija y su marido, llegas a cogerle un poco de manía. Te la imaginas como una mujer amargada y huraña. No obstante, cuando sabes el por qué de este comportamiento llegas a sentir lástima por ella y descubres a una Pilar que sí que sabe amar sólo que, su amor no está en Valencia.

Joaquín es el gran amor de María José. Es su vecino. Ella ha estado enamorada de él desde los 13 años a pesar de que, Joaquín, pasaba de ella; de que la veía como una amiga más que como una mujer. A pesar de que todo el mundo se lo dice, María José nunca deja de adorarle hasta que consigue cumplir su gran sueño: casarse con él. Un matrimonio que no durará mucho. Paradojas  de la vida, cuando María José le abandona Joaquín se da cuenta de que ella es el gran amor de su vida.

Otra persona clave en la vida de María José será Marga, su mejor amiga desde que son niñas. Ella acude cada día al Hospital a visitarla, le abraza, le cuenta cosas de su familia, trata de luchar y evitar pensar en el desenlace. Trata de que nunca llegue aunque lo sabe. Marga tiene miedo, no sólo de perder a su amiga sino de perder, con ella, una parte fundamental de su vida.

Paralelamente a estos personajes principales hay otros secundarios como Cleopatra, una mujer cubana que va a cuidar de María José por las noches y un muchacho senegalés perdido y asustado que será pieza importante en el cambio de comportamiento y de actitud que tiene Pilar ante su familia y ante la vida.

La partida de María José no será sólo su muerte sino que, junto a ella, se llevará parte de la vida de quienes le rodean. La despedida de María José marcará el inicio de nuevas etapas en la vida de sus padres, de Marga, de Joaquín.

Como veís el tema principal puede ser triste: hay una persona que se está muriendo pero no es un dramón. Es una historia que transmite muchas cosas. Yo me he sentido bastante identificada, en muchos aspectos, con María José. A diferencia de Marga, a ella se le ve más timida y más reservada. Un poco acomplejada porque, cuando era pequeña estaba gordita y todos se burlaban. Entiendo el por qué de esa adoración hacía Joaquín a pesar de que él la tenga como un " segundo plato" muchas veces. El intento por acercarse a su madre, de tratar de entender qué es lo que le está pasando, por qué esa actitud. Me ha impactado mucho el personaje de María José.


Es una novela en la que prevalece la narración al diálogo pero no se hace pesada ni carece de ritmo. Todos los personajes están muy bien definidos y con una personalidad marcada; son personajes cercanos, creíbles con los que te has podido cruzar por las calles de Valencia. La prosa de Carmen Amoraga es buena. Logra crear una historia que cautiva. Sí, no tiene la acción de otro tipo de novelas pero sabe cómo llegar al lector. Es una novela de sentimientos, puros y sin florituras. No se va por las ramas de ahí que ese sentimiento, impacte más.

A mí me ha gustado mucho y no es porque haya tocado mi corazoncito al ver que, El Perelló, está presente en la vida de María Jose al pasar aquí un verano.  Me ha gustado porque es una buena historia y está muy bien escrita. 

Por todo ello, es altamente recomendable. Sí, es un "Planeta" pero, ésta vez, hay buena literatura en él.