Hay libros, lecturas, que que simplemente te gustan y otros que logran llegar muy adentro de tí haciendo extremecer hasta la última célula de tu cuerpo. Historias que no te dejan indiferente sino todo lo contrario: te conmueven, te hacen sentir, vibrar. Sentimientos que suenan raro y que al mismo tiempo son muy difíciles de explicar.
Cuando cojo un libro entre las manos siento algo. Hay libros que tienen ya una magia especial que producen unas vibraciones entre mis manos. Ellas son las que me indican que su lectura no va a ser una simple lectura más sino que me van a aportar un torbellino de sensaciones. Me ha ocurrido con las novelas de Rubén García Cebollero y de Pere Perellón; a ellas hay que añadir ahora esta de Antonia J. Corrales.
La primera vez que oí hablar de ella fue en Facebook gracias al comentario que hizo mi amiga Anika. No sé por qué sin haberlo visto ya hubo algo que me llamó la atención e hizo que lo pidiese. Tras largos días de espera por fin lo recibí el pasado viernes. Sus 182 páginas no son la excusa de que me lo leyese enterito esa misma tarde sino la historia que contiene. Narración que te atrapa desde la primera coma.
La historia que nos narra Antonia en él desborda sentimientos. Nos narra la historia de Jimena, una mujer muy especial. Sentada en un aeropuerto que le llevará hasta Egipto, le escribe una carta a su madre. No es un simple carta sino toda presentación. Jimena se da a conocer a su madre, una mujer que siempre la ha tenido un poco apartada, que no le ha demostrado el mismo cariño que al resto de sus hermanos situación que, de alguna forma u otra ha marcado siempre a Jimena. Por medio de esta carta, nos enteramos como transcurrió su vida, como el estudio y casarse con Carlos fue una especie de vía de escape. Gracias a su matrimonio, tiene una buena posición social pero no es feliz. El nacimiento de sus hijos aportará una cierta felicidad que se verá completada con la presencia Andreas, un vecino que será algo más que su amante: será quién le de una dosis de felicidad y la haga sentir viva.
Él y sus dos amigas: Remedios y Sheela. Por esta última se halla en ese aeropuerto rumbo a Egipto puesto que va a cumplir un deseo de la misma. Egipto, es una huída también. Jimena huye de todo lo que le rodea en Madrid. Parte lejos con la idea de iniciar una nueva vida y lo consigue gracias a Omar.
No quiero descifrar todo el argumento. El final es impactante, aunque en cierta medida lo vas imaginando no deja de sorprenderte. Tampoco me gusta destirpar argumentos prefiero que el lector vaya descubriendo la historia, qué es lo que ocurre con los personajes.
Todos están muy bien retratados y definidos. En ciertos momentos me he sentido bastante identificada con Jimena. Como ella muchas veces he tenido el impulso de dejarlo todo e irme lejos de Sueca, no a Egipto como ella sino a Australia. El personaje de Remedios tiene matices que me recuerdan a mi amiga Rosine y el de Sheela de Carmina ( porque como ella trabajaba en un herbolario) y de Amparo por lo que le ocurre. Todo ello ha sido, en gran parte, la razón por la que me ha llegado tan adentro esta historia y me ha conmovido. Sí, es prosa pero una prosa que rebosa poesía al mismo tiempo.
Me he olvidado de un personaje que también forma parte importante de la historia. No es un personaje real, se trata de un paraguas rojo que Sheela usa como protección y que le regala a Jimena. Este paraguas rojo lo he tomado como una metáfora de la protección y de la seguridad que nos da muchas veces el amor. De como todos necesitamos sentirnos cobijados bajo la sombra de un enorme paraguas rojo incluso las personas que son más fuertes en apariencia de caracter.
Pese a que la protagonista, o protagonistas puesto que también Remedios y Sheela tienen un papel importante, es una mujer no es una novela netamente femenina ni feminista. Es una novela perfectamente legible por hombres, es más: se la recomendaría. No tiene la acción típica de las novelas poliacas escandinavas ni hay personas que van en busca de Códigos o Símbolos Perdidos, no. Es una novela en la que los sentimientos están a flor de piel, una novela muy humana, con la que el lector se siente a gusto porque de alguna forma u otra siente la presencia de ese enorme paraguas rojo.
La novela de Antonia ha sido editada por Aladena Editorial. Es una novela que ya está disponible en la Biblioteca de El Perelló con el siguiente tejuelo: N/COR/enu. Toda una lectura altamente recomendable.
Reconozco que me ha costado mucho hacer esta opinión puesto que me ha marcado mucho la lectura de esta novela. Cuando acabé de leerla el viernes por primera vez, temblaba. Querría haber escrito una opinión enseguida pero era imposible. Hoy la he hecho pero creo que no he sabido transmitir muy bien todo lo que me ha aportado y lo que me ha hecho vivir, sentir. Me ocurrió también con las novelas de Ruben y de Pere, cuando una historia me impacta tanto estoy unos días un poco "out" eso demuestra, al menos para mí, que no sólo es buena porque está bien escrita sino porque sabe llegar muy adentro y hacer que el lector se sienta en la piel de los personajes, en este caso de Jimena. Una mujer muy especial en todos los sentidos.
Por todo ello no puedo más que recomendar su lectura.
4 comentarios:
Gracias Ysabel, muchas gracias.
Tomo nota, la historia me ha llamado la atención y además me parece muy difícil conseguir que un libro llegue de esa manera. La metáfora del paraguas rojo me ha gustado y creo que su significado es muy cierto.
Besos.
Sí que has sabido transmitir perfectamente lo que te ha transmitido la novela. Tanto que me han dado ganas de salir corriendo a comprarla! Besos
¡Gran reseña de un libro que te toca!
Sigo soñando con paraguas rojos... ¿Es grave Doctora Corrales?
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